Un corte en la semana: Pandora y la realidad
La política riojana sigue siendo una caja de Pandora. Mientras el Frente Justicialista (por que así quiso Beder para diferenciarse del nacional) para la Victoria llevará dentro de sí, oficialmente, al menemista Nicolás Martínez, para enfrentar al oficialista Gustavo Minuzzi, la pretendida alianza Maza-Julio Martínez no cuajó, como era de esperar y hasta quedaron en términos poco amistosos, después de varios meses de coqueteo, que se sabía, era muy difícil que cuajaran en algo común. Entonces tenemos el retorno de Ángel Maza a la primera línea de candidatos, algo impensable hace unos meses atrás. Y Julio Martínez logró juntar detrás de si, representantes de vertientes tan opuestas ideológicamente como el Pro y el Socialismo, aunque este último está pasando por una de sus peores etapas históricas, al igual que otros sectores de la izquierda vernácula.
Afortunadamente para el Radicalismo y para la supervivencia democrática en La Rioja, en la noche del martes, se limaron las asperezas entre el chileciteño y el capitalino Guillermo Galván, con lo cual bajaron las aguas encrespadas y volvió a reinar la alegría en la sede de la calle Bazán y Bustos. Hasta ese momento resultaba tragicómico, pues tanto Martínez como Galván estaban recorriendo distintos barrios en la capital, pero ninguno de los dos decía qué iba a pasar o quién iba a ser el candidato a intendente capitalino. Aunque lo mismo pasa en Chilecito, otro departamento que los radicales contaban como seguro hace unos meses atrás.
Lo concreto es que por presión de las segundas y terceras líneas de dirigentes, sobre todo los jóvenes, Galván y Martínez dejaron diferencias de lado y se acordó que Galván será el candidato a intendente con Judit Diaz Bazán como viceintendente. Pero también por presión de la realidad: a Martínez le resultaba más de difícil, sobre todo después de la postura pública del comité nacional sobre no tener nada con el kirchnerismo, armar con Maza que aspira a ser senador kirchnerista. Lo mismo casi le pasaba a Galván con Beder, con el agravante que la lista de concejales podía hacer un "acuerdo de boleta" con la de Beder Gobernador y así lo convertían en un bocatto di cardenale.
Lo que no se sabe todavía es el candidato a vicegobernador y los radicales se devanan los sesos tratando de buscar alguna figura convocante, si es mujer mejor. La falta de mujeres que quieran participar activamente en la política es algo que aqueja a todos por igual. Prácticamente sobran los dedos de una mano para contar las mujeres que bajan a la arena política, que están dispuestas a participar activamente, lo que demuestra que la ley de cupo no aportó una solución. Por eso la figura de Tere Madera se ha valorizado tanto dentro del bederismo. Y lo mismo pasa con Inés Brizuela y Doria (irá a la diputación provincial) y Judit Diaz Bazán. De todas formas, Beder aún la sigue imaginando en el Ministerio de Salud de la provincia, como posible reemplazo del quintelista Vergara, sobre todo después del trágico fallecimiento de dos bebés en Chilecito, ya que el gran punto flaco que tiene La Rioja es la mortalidad de recién nacidos. Aunque todo esto, lógicamente, quedará para después de las elecciones.
La irrupción del mazismo objetivamente le resta votos al radicalismo, pero al mismo tiempo abre otro panorama político en la provincia. Porque si le va más o menos bien, por un lado queda bien posicionado para octubre, cuando casi seguramente Ada irá por la reelección, ya que es la que mejor está para continuar. Y por otro se blanquean como otros interlocutores con el gobierno nacional. Ada tiene buenos contactos con el nuevo sector de poder K: La Cámpora (la auténtica, no la trucha que pintó al Eternauta K que le afanaron a Oesterheld y Solano López). Si ganan la banca por la minoría mejor aún, aunque saben que tendrán que medirse ahí con Menem. En el mazismo saben que el acuerdo está vivito y coleando. "La Presidenta tiene el derecho a elegir quienes van" a Senadores, argumentan.
El mazismo tiene una veta por donde ve su crecimiento: el elector que simpatiza con Cristina pero que no está de acuerdo con Beder, además de capitalizar a aquel peronista que quiere herir a Beder. Pero Maza tiene contras: no vive en la provincia, es pro minero y muchas cosas de la actual administración vienen de su gobierno, como los contratados. Y el radicalismo puede captar ahora el voto de la clase media anti minera. Quintela mientras tanto, juega a fondo. El martes a medio día hubo una reunión clave de la dirigencia con su líder donde se acordó la táctica de salir en masa a reclamar los fondos "no para Quintela sino para la continuidad institucional" del municipio. Pero Beder está convencido que gana las elecciones él solo. Cuando le dicen que el Gitano se baja, Beder se encoje de hombros. Sabe que la realidad le impondrá al intendente, la obligación de continuar, so pena de desaparecer o de retroceder diez casillas como en el juego de la oca, aún en el caso de que vaya como candidato a senador. El lunismo, pegado al quintelismo, ya lo tiró a la arena a Picana Rodríguez. Todavía falta ver cómo se arreglará Cacho. Pero la cosa es en octubre, cuando se enfrenten las dos Teresita.